Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales https://lilykkvo064839.newsbloger.com/39233247/qué-dijo-materazzi-del-cabezazo-de-zidane